El exito de la Post Producción

El exito de la Post Producción

La Postproducción de sonido es el proceso más conocido y menos comprendido para muchos de los trabajadores del medio del audio; más conocido porque, de alguna u otra forma, todos la tocamos en algún momento de nuestra vida profesional y tendemos a pensar que se trata de resaltar todos y cada uno de los sonidos presentes de una imagen, además de agregar algunos que tal vez hagan falta. De esta manera se logra así una perfecta mezcla de elementos, que antes de engrandecer el producto, en muchas ocaciones terminan por distraer al espectador de la imagen.

Si nuestro acercamiento a la post producción se da ocasionalmente o si empezamos a dar nuestros primeros pasos en ella, resulta especialmente importante prestar atención a varios elementos que son determinantes en el éxito del proceso. Para empezar es muy importante estar empapado del material desde su etapa de pre producción; siempre es bueno entender la visión del director y su equipo, antes de lanzarse al ruedo. De la preparación previa al rodaje, dependerá en gran medida, el buen desempeño que se obtenga en el mismo. Este paso es trascendental ya que aquí se define la tendencia sobre la cual vamos a sonorizar el material.

Es claro que existen dos tendencias de sonorización, la europea que se inclina por un sonido natural manteniendo la perspectiva acústica es decir lo que suena y en donde suena, ésta se apoya en gran medida en el resultado que el sonido directo pueda ofrecer. Por otro lado, tenemos la Estadounidense que se sostiene en la presencia cercana de los sonidos y la inteligibilidad del diálogo, a lo cual agrega infinidad de sonidos, explosiones, armas láser, música espectacular y miles de efectos de frecuencia baja y que es lo que al final reconocemos como un sonido comercial para Cine y TV. Ambas técnicas tienen sus pros y sus contras, por un lado mantener obligatoriamente la perspectiva acústica tiende ocasionar pérdidas en la inteligibilidad del sonido en casos puntuales, por otro lado perder dicha perspectiva y remitirse al doblaje, acaba por dar una sensación poco realista de la imagen a tratar. Tal vez seamos partidarios de alguna de las técnicas expuestas, pero si algo es claro es que tanto la inteligibilidad del diálogo como la perspectiva acústica son los pilares de una buena etapa post producción.

Ahora bien, superada esta etapa viene la captura del sonido directo que, para efectos de este artículo, es tomada como pragmática más que artística y se hace en función de los diálogos.

Entrando en la post, es importante tener en cuenta varias cosas y la primera de ellas es el volumen. Seguramente muchos de nosotros hemos tenido la oportunidad de ver unos cuantos cortometrajes, ya sea de manera independiente o antes de la película principal. Es imposible generalizar, pero, en mi opinión, un 80% de ellos suenan a tal nivel de presión, que nos obligan a taparnos los oídos con el animo de entender algo de lo que sucede sin salir lastimados en el intento. Esto se debe a que en el proceso de finalización del sonido, e incluso en la mezcla, activamos en el master track un “Maximizador” acabando así de un solo tajo con el trabajo de dinámicas que nos permiten los 24 Bits, además de la tendencia de llevar todo sonido a su cero absoluto (0 dBfs) que valga decir es muy comun en la industria de la música. El problema que esto suscita es que según las normas de calibración para salas de cine a 0dBfs otorgamos 120dB de SPL en la sala. En palabras más mundanas es “MUY PERO MUY FUERTE!!!” así que la primera invitación es a moderar el volumen y conservar el rango dinámico, el cine es una industria que no destaca por volumen como es el caso de la música; aqui el principal objetivo es la calidad, así que llegar a 0dBfs se limita solo en casos realmente necesarios; y siempre recordar NO limitar el master track (Al menos como lo hariamos en música).

Después de ajustado el nivel nos enfrentamos a las interminables sesiones de doblaje, diseño de sonido y musicalización, aquí es donde realmente le damos un concepto apropiado al sonido, es importante mantenerse conectado a la tierra para no dejar salir el George Lucas que tenemos dentro y sobre saturar al espectador de información sonora. Por ejemplo, un sonido sibilante en un canal surround lleva al espectador a buscar la fuente del sonido y por consiguiente a mirar hacia atrás y en el caso de materiales audiovisuales, esto es lo peor que puede pasar, dicho sonido deberia ser direccionado para que primero pase en los canales frontales antes que en los surround.

Doblar absolutamente todo es solo cuestión del proceso, no implica que todo lo que doblemos deba ir presente en el sonido final, así que retirar sonidos innecesarios es tal vez, la forma más clara de dar espacio a los sonidos realmente importantes.

Desde mi perspectiva debemos ser un poco más críticos con nuestro propio sonido y tomarnos el tiempo de analizar los aspectos técnicos que a la post producción refiere, para poder diferenciarla de otros trabajos allegados al sonido. Piensen siempre en función de qué es mejor para el material audiovisual y no en que es lo más desafiante como ingeniero. Tal vez no jugar con todas las cartas buenas de una vez y lograr algo exitoso, es más desafiante.

Escrito Originalmente para Diffusion Magazine Por Jonnathan Gonzalez

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